Existen muchos factores que pueden causarnos sordera, pero uno de los más importantes es la exposición prolongada a ruidos altos. Veamos qué puede causar pérdida parcial o total de la audición.
Samuel Antonio Sánchez Amador
Biólogo y divulgador científico
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La audición se entiende como un conjunto de procesos psicofisiológicos que nos permiten escuchar los sonidos de nuestro entorno. Este sentido se basa en la recogida de ondas sonoras (por parte del pabellón auricular), la conducción de las mismas al oído, la vibración del tímpano, transformación de las variaciones de presión en movimiento mecánico en estructuras óseas y, por último, la estimulación y transmisión de señales nerviosas por parte del nervio auditivo hasta el cerebro.
Este proceso es muchísimo más complejo de lo que se podría imaginar y, por ello, los fallos en cualquier estructura auditiva (por pequeña que sea) se pueden llegar a traducir en sordera, en mayor o menor medida. Sin ir más lejos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que 466 millones de personas en todo el mundo padecen pérdida de audición discapacitante, de las cuales unos 34 millones son menores de edad.
Esta organización nos brinda un dato aún más interesante: el 60% de los casos de sordera en niños son prevenibles. Con base en esta premisa tan alarmante como llamativa, te presentamos en esta oportunidad los 7 factores que pueden causarnos sordera, tanto a niños como adultos. No te los pierdas.
Cuáles son los factores causantes de sordera?
En primer lugar, debes saber que el hercio (Hz) es la unidad de frecuencia del sonido, mientras que el decibelio (dB) se utiliza para medir su intensidad(el nivel de presión sonora) y otras magnitudes físicas. Los seres humanos escuchamos en frecuencias de 20 a 20.000 Hz y de 0 dB en adelante, aunque expertos afirman que la exposición prolongada a sonidos de 85 dB o más pueden llegar a herirnos las estructuras auditivas.
El sentido de la escucha es muy diferente en los distintos taxones del reino animal pues, por ejemplo, un murciélago llama en frecuencias comprendidas entre los 14.000 y 100.000 Hz, un valor astronómico en comparación con nuestro límite auditivo. El premio a la audición en la naturaleza se lo lleva la polilla, con rangos de escucha de hasta 300.000 Hz, por encima de todo vertebrado e invertebrado conocido.
Estos datos pueden parecer anecdóticos, pero son necesarios para poner en perspectiva hasta dónde llega la capacidad auditiva humana y el estrés al que sometemos a nuestro oído con prácticas tan comunes como escuchar música muy alta. A continuación, te comentamos 7 factores que pueden causarnos pérdida total o parcial de audición. No te los pierdas.
1. Edad
Por desgracia, no se puede hacer mucho para luchar contra el paso del tiempo. En Estados Unidos, 1 de cada 3 personas entre 65 y 74 años presentan algún grado de pérdida de audición, dato que no hace más que aumentar cuantos más años cumple el paciente. Generalmente, este proceso es lento, paulatino y sucede en ambos oídos a la vez, así que es normal que la persona en cuestión no se de cuenta de la pérdida de este sentido.
Una de las claves para entender este suceso es la presencia de células ciliadas del oído interno, un grupo de unos 23.000 transductores muy sensibles (en el órgano de Corti) que detectan el sonido y permiten su interpretación, ya que están directamente conectadas con el nervio auditivo, que le envía la información al cerebro.
Las células ciliadas no se regeneran y, por tanto, no pueden ser reemplazadas cuando sufren daños. Por ello, a medida que nos exponemos (incluso de forma involuntaria) a ruidos extremadamente fuertes, vamos perdiendo de forma lenta pero irreversible la capacidad de audición. Como dato curioso, los búhos son animales que no experimentan este proceso de envejecimiento, pues son capaces de regenerar las células de sus oídos internos cuando estas se degradan por la acción del tiempo y los estímulos externos.
2. Exposición prolongada a ruidos altos
Hasta los 80-85 decibelios, las células ciliadas no sufren daños y su estructura es normal, pero a partir de esta cifra se corre el riesgo de su degradación. Para que te hagas una idea, una conversación susurrada, hablada o gritada se mueve en un rango de 30-80 dB, mientras que una bomba atómica puede llegar a los 200 dB (valor muy difícil de cuantificar a escalas tan amplias).
De todas formas, el mayor peligro no se encuentra en escuchar un sonido alto, sino en la exposición. El límite de escucha establecido por organismos sanitarios es de 85 dB por un máximo de 8 horas, mientras que los sonidos de hasta 100 dB pueden ser tolerados por aproximadamente 15 minutos. Más allá de estos intervalos temporales, la estructura auditiva puede verse dañada de forma irreversible.
3. Factores hereditarios
Una sordera puede ser heredada, pues existen bebés que nacen sordos sin haberse expuesto a ningún tipo de sonido en su corta vida. Aproximadamente 1 de cada 1.000 infantes en Estados Unidos nacen sordos, siendo el 75 % de los casos provocados por una condición genética autosómica recesiva. En total, se conocen 57 loci genéticos de hipoacusia autosómica recesiva, 49 de sordera autosómica dominante y 5 de la vinculada al cromosoma X (herencia ligada al sexo).
De todas formas, no todos los factores hereditarios que provocan la sordera se expresan al momento del nacimiento. Sin ir más lejos, se estima que el 80 % de los nuevos casos diagnosticados en adultos tienen algún tipo de inferencia genética, en mayor o menor medida.
4. Medicamentos ototóxicos
Hay algunos fármacos que provocan daños sobre el oído, de forma transitoria o definitiva. Estos se conocen como ototóxicos, y sobre todos ellos destaca la gentamicina. Este medicamento es un aminoglucósido con acción antibiótica que se usa para el tratamiento de cuadros clínicos causados por bacterias gram negativas, como Pseudomonas aeruginosa o Klebsiella pneumoniae.
La ototoxicidad de este fármaco suele ser irreversible (afecta al vestíbulo y a la cóclea) y del 1 al 5% de los pacientes con un tratamiento de más de cinco días llegarán a sufrirla. También existen otros medicamentos que causan potenciales sorderas, como algunos antiinflamatorios no esteroideos (ácido acetilsalicílico), el cisplatino, diuréticos de asa y muchos más.
Esto no significa que el paciente deba negarse a consumirlos, ya que a veces una infección diseminada y otros eventos clínicos pueden matar al individuo, mientras que la pérdida de audición solo sucede en un pequeño porcentaje de personas y en muchos casos es reversible. Si tienes cualquier duda o temor, consúltalo con tu médico de confianza.
5. Enfermedades infecciosas y no infecciosas
A continuación, te presentamos algunas de las enfermedades que pueden causar sordera, tanto transitoria como definitiva.
5.1 Meningitis
La meningitis es una causa de pérdida de audición muy importante a nivel global, ya que se estima que al menos el 30% de los casos de meningitis bacteriana han desembocado en una pérdida auditiva en mayor o menor grado. Esta condición se produce cuando una cepa bacteriana se infiltra en el interior del cuerpo, viaja por el torrente sanguíneo y se instala en el cerebro y la médula espinal, multiplicándose sobre sus membranas (las meninges).
5.2 Rubéola
Otro ejemplo de sordera por enfermedad es el de la rubéola congénita, que causa sordera de tipo neurosensorial en hasta el 58% de los casos. Cuando una mujer embarazada está infectada con el virus de la rubéola (Rubella virus) puede llegar a transmitirlo al feto de forma vertical (transplacentaria), lo que causará en él un cuadro infeccioso y una falta del desarrollo y daños en muchas estructuras, entre las que se encuentra el nervio auditivo.
5.3 Cáncer y tumores benignos
Por último, no podemos olvidar la existencia de cáncer y tumores benignos (neurinomas del acústico) en el oído. La prevalencia de estas neoplasias es muy baja, pero muchas de ellas suelen cursar con síntomas relacionados con el aparato vestibular y los huesos implicados en la detección de sonido, entre los que se encuentra la pérdida de audición que aquí nos atañe.
Resumen
Como has podido ver, son múltiples los factores que pueden causarnos sordera, pero sin duda la exposición prolongada a sonidos fuertes es la más importante de todas en las sociedades occidentales. Los auriculares tienen generalmente un máximo de 105 dB de volumen, así que es posible exponerse de forma prolongada a rangos de escucha por encima de lo recomendado (85 dB) si no se tiene cuidado.
Como hemos dicho anteriormente, muchísimas de las causas de sordera son prevenibles, y esto pasa en gran parte por no exponerse de forma voluntaria a sonidos fuertes, por motivantes o necesarios que nos parezcan en el momento. Hay que cuidar el sentido del oído, porque cuando se dañan las células encargadas de transmitir la información al cerebro, no hay vuelta atrás.
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