Las enfermedades diarreicas son una de las causas más comunes de muerte infantil en el mundo. Un recorrido por los tipos y características de las diarreas.

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Samuel Antonio Sánchez Amador

Biólogo y divulgador científico

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Aunque no lo parezca desde un punto de vista occidental, la diarrea es un problema de salud pública importante, sobre todo en los casos persistentes, ya que los afectados padecen una pérdida de electrolitos y de agua que se traduce en deshidratación, malnutrición y crecimiento retardados. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las diarreas son la segunda causa de muerte más comunes en niños menores de 5 años en todo el mundo.

Alrededor de 525.000 infantes de temprana edad mueren de forma anual por cuadros diarreicos de origen bacteriano, de los cuales miles de casos podrían haberse evitado con un correcto tratamiento de la enfermedad y una infraestructura sanitaria estable. Esta organización también nos indica que, anualmente, 1.700 millones de niños sufren este signo clínico.

Como podrás observar, la diarrea va mucho más allá de una indisposición temporal en los países menos pudientes. En las siguientes líneas te presentamos los tipos de diarreas existentes según su mecanismo de producción y, además, desgranamos los efectos que puede tener sobre los pacientes. No te lo pierdas.

Qué es una diarrea?

Una diarrea se define como la aparición de heces pastosas o líquidas, cuyas evacuaciones ocurren 3 o más veces al día durante al menos 3 días. Debido a que existe una variabilidad individual importante en lo que al ritmo y motilidad intestinal se refiere, es difícil establecer un criterio uniforme para circunscribir este término. Aun así, se estima de forma general que una diarrea patológica es tal cuando las deposiciones suponen un peso de 225 gramos/día con un contenido acuoso superior al 70% de la masa total de la deposición.

La diarrea provoca una importante pérdida de agua, nutrientes y electrolitos y, además, suele ir acompañada de otros signos clínicos como fiebre, dolor abdominal, náuseas, vómitos, retortijones, fatiga y pérdida de apetito. Según la Organización Mundial de la Salud, existen 3 tipos de diarrea atendiendo a su severidad:

  • Diarrea acuosa aguda, que dura varias horas o días. Un ejemplo de ello es el cólera.

  • Diarrea con sangre aguda, también denominada diarrea disentérica o simplemente disentería.

  • Diarrea persistente, que dura 14 días o más.

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Cuáles son los tipos de diarrea?

Nosotros vemos de mayor interés categorizar a las diarreas según el mecanismo fisiopatológico subyacente. Diversos portales y documentos médicos especializados recogen esta clasificación y, a continuación, te mostramos cada uno de estos tipos de forma general.

1. Diarrea exudativa

Hay un daño en la mucosa intestinal, con la consecuente modificación de la absorción del alimento. Este tipo de diarrea se caracteriza por persistir durante el ayuno y, además, suele ir acompañada de productos patológicos en las heces, como sangre o pus.

La diarrea exudativa (también conocida como inflamatoria) suele ser resultado de una infección. Aun así, también puede producirse por otras patologías: alergia alimentaria, celiaquía, gastroenteritis eosinofílica, enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa y colitis linfocítica y colágena, entre otras.

Es común que la diarrea exudativa se vuelva crónica, pues las enfermedades que la causan son, en muchos casos, vitalicias y a largo plazo. Para que una diarrea inflamatoria se considere crónica se deben cumplir los siguientes patrones, además de una presentación por más de 14 días:

  • Emisión de sangre o pus en las heces.

  • Acompañamiento de síntomas sistémicos, como fiebre persistente/recurrente o pérdida de peso.

  • Curso con la elevación de reactantes típicos de la fase aguda (proteína C reactiva, velocidad de sedimentación globular y cifra de plaquetas, entre otros).

2. Diarrea secretora

En este caso se produce un aumento de la secreción o disminución de la absorción en la mucosa normal. Este tipo de diarrea también persiste con el ayuno. La pérdida de agua es igual a la de sodio y, además, el volumen de deposiciones producidas es superior a un litro por día.

Fisiológicamente hablando, este evento se produce por un aumento de secreción de electrolitos (especialmente sodio, >70 mmol/litro) hacia la luz intestinal, arrastrando consigo agua, debido a una alteración en los canales de transporte a través del epitelio intestinal. Por lo general no hay dolor abdominal en este cuadro clínico, pero la pérdida de bicarbonato en las heces puede provocar una acidosis metabólica generalizada, que conlleva una respiración rápida y fatiga características.

La diarrea secretora es con la que todos los ciudadanos estamos familiarizados, pues es causada por agentes patógenos en la mayoría de los casos. El 70% de los cuadros clínicos encuentran su origen en virus, tales como el rotavirus o el norovirus. Un porcentaje mucho más bajo (hasta el 5,6% de los casos, aproximadamente) se deben a infecciones por ciertas cepas bacterianas, como Campylobacter (2,3 %), Salmonella (1,8 %), Shigella (1,1 %) o Escherichia coli (0,4 %). Estas se transmiten de forma oral, es decir, a partir de alimentos infectados o agua no purificada, por ejemplo.

3. Diarrea osmótica

Este tipo de diarrea se caracteriza por la presencia de solutos no absorbibles (o que no son absorbidos por una lesión en la mucosa intestinal) osmóticamente activos en la luz del intestino. Estos solutos retienen los fluidos dentro del espacio intestinal, reduciendo con ello la absorción de agua y aumentando el contenido de líquidos intestinales. A diferencia de las otras dos variantes, este cuadro clínico sí que cede con el ayuno, pues está completamente ligado a la alimentación del paciente.

Además, salvando aún más distancias con la diarrea secretora, en este caso la pérdida de agua es mayor a la de sodio (<70 mmol/litro), razón por la cual suele ir acompañada de episodios de hipernatremia en los casos más graves. El principal signo de exceso de sodio en sangre es la sed, además de un compromiso del sistema nervioso central por el encogimiento de las células encefálicas que lo conforman.

La diarrea osmótica es típica de trastornos que impiden la digestión de ciertos alimentos por intolerancia inmunológica u otros mecanismos, como pueden ser la celiaquía o la intolerancia a la lactosa. Por ejemplo, una persona con intolerancia a la lactosa no metaboliza correctamente los productos lácteos por falta de enzima lactasa, lo que promueve que estos permanezcan en el intestino y se produzca el desajuste de líquidos ya nombrado anteriormente (gases, diarrea osmótica y distensión abdominal, entre otros, son los síntomas más comunes).

4. Diarrea por alteración de la motilidad intestinal

Este tipo de diarrea se debe a procesos intrínsecos o sistémicos que alteran la motilidad del tubo digestivo, es decir, no es causada por alimentos o por agentes infecciosos. Cuando el alimento pasa demasiado rápido por el tracto digestivo, no hay tiempo suficiente para la absorción de nutrientes y agua, hecho que puede causar cuadros diarréicos en las evacuaciones. Es muy común en patologías crónicas como el Síndrome del Intestino Irritable (SII).

Consideraciones finales

Te hemos definido los tipos de diarrea según su agente causal, pero debemos aclarar que existen otros criterios clasificatorios igual de válidos. La diarrea se suele englobar en dos grandes grupos según su duración (aguda o crónica) y, además, también se puede medir durante ella el grado de deshidratación del paciente. De forma somera, te mostramos cómo se categoriza este último parámetro:

  • Sin rasgos de deshidratación: pérdida menor del 3% de la masa corporal del paciente que presenta la diarrea. No hay signos ni síntomas de deshidratación.

  • Deshidratación leve: pérdida del 3-5% de la masa corporal. Se experimenta sed y sequedad en la mucosa oral.

  • Deshidratación moderada: pérdida del 5-9% de la masa corporal. Además de los otros signos, aparecen ojeras, disminución en la producción de orina, hipertensión ortostática y una prueba de pliegue cutáneo de recuperación lenta.

  • Deshidratación severa: pérdida de más del 9% de la masa corporal. Empiezan a aparecer signos de shock hipovolémico.

Resumen

La diarrea se puede clasificar según el agente causal, su duración o la pérdida de agua durante el proceso, entre otras muchas cosas. Nosotros te hemos mostrado 4 tipos según su fisiopatología: por problemas intestinales, por virus y bacterias y por intolerancias alimentarias, por ejemplo. Aun así, una diarrea no se considera una enfermedad en sí misma, sino un signo clínico de un proceso subyacente.

A todos nos ha sentado mal alguna vez un alimento, razón por la cual ante un cuadro diarréico esporádico no hay que asustarse de más. De todas formas, si presentas diarrea por más de 3 días o esta viene acompañada por pus, mocos o sangre, la visita al médico se hace obligada.