La miopía y el astigmatismo son dos trastornos oculares muy frecuentes que se expresan con problemas de visión, pero hay diferencias entre ellos. Veámoslas.
Samuel Antonio Sánchez Amador
Biólogo y divulgador científico
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La conducta se define como el conjunto de respuestas que presenta un ser vivo en relación a su entorno o mundo de estímulos. ¿Por qué comenzamos con esta definición? porque, naturalmente, los cinco sentidos nos permiten situarnos en el espacio tridimensional y responder adecuadamente ante él.
Desde un punto de vista evolutivo, un individuo sin ninguno de los cinco sentidos no puede relacionarse con su entorno. Ejemplo de ello son las esponjas o las medusas, que carecen de sistema nervioso central (entre otras muchas cosas) y su vida se limita a la permanencia en un espacio concreto o a dejarse arrastrar por las corrientes marinas.
Con esta pequeña introducción queremos subrayar la importancia de los sentidos, en especial de la vista, para muchos seres vivos y en especial los humanos. Por ello, es natural que cualquier problema ocular pueda generar severos perjuicios y disminuir la calidad de vida del paciente, ya que limita enormemente la capacidad de respuesta del individuo a los cambios ambientales.
Así pues, caracterizar los defectos oculares y conocer sus diferencias y similitudes se hace esencial para ponerles remedio. Hoy te mostramos las 3 diferencias entre miopía y astigmatismo, dos defectos oculares muy comunes en la población general.
Los trastornos oculares y la refracción de la luz
En primer lugar, es necesario dejar claro que ambos términos se encuentran englobados entre los errores de refracción, es decir, cuando la forma del ojo evita que la luz se refleje directamente sobre la retina. No estamos ante enfermedades ni problemas de salud propiamente dichos, sino que simplemente el ojo presenta problemas a la hora de enfocar. Es necesario recordarlo: se trata de un defecto fisiológico, no de un síndrome.
Estos tipos de impedimento visual son muy comunes, y la Organización Mundial de la Salud (OMS) pone en perspectiva a los defectos oculares con las siguientes cifras:
En el mundo, se calcula que aproximadamente 1.300 millones de personas viven con alguna forma de deficiencia visual.
Con respecto a la vista de lejos, 188'5 millones de personas tienen deficiencia visual moderada, 215 millones moderada-grave y 36 millones son ciegas.
A nivel global, las principales causas de mala visión son los errores de refracción ya nombrados y las cataratas.
La mayoría de las personas con una visión inadecuada tienen más de 50 años, por lo que existe un sesgo etario claro.
Está claro que la prevalencia de los defectos oculares queda más que evidenciada con estas cifras. Vamos más allá, pues hasta el 80 % de los casos de visión deficiente a nivel mundial se consideran evitables. En países occidentales con una infraestructura sanitaria férrea el acceso a gafas, tratamientos e incluso cirugía ocular con láser están ampliamente extendidos. Pero, claro, si acudimos al Sur Global y otras áreas empobrecidas, la cosa cambia drásticamente.
En qué se diferencian la miopía y el astigmatismo?
Una vez hemos aclarado que tanto la miopía como el astigmatismo son errores de refracción y que no se tratan de enfermedades en sí mismos y hemos encuadrado su situación a nivel global, estamos preparados para enumerar los puntos que las distancian. A continuación te presentamos las principales diferencias entre miopía y astigmatismo.
1. La refracción ocular falla de diferentes formas
En el caso de la miopía, ocurre cuando los ojos enfocan las imágenes delante de la retina en vez de hacerlo sobre ella. Desde un punto de vista más técnico, podríamos decir que se trata de un error de refracción por el cual los rayos de luz paralelos recibidos convergen en un punto focal situado delante de la retina en vez de sobre la misma.
Esto provoca una dificultad de enfoque de gravedad variable en el paciente, por lo que los objetos de cerca se pueden ver bien, pero los lejanos se presentan borrosos. Por lo general, la miopía se manifiesta cuando el globo ocular es más largo de lo normal o la curva de la córnea es demasiado pronunciada.
Por otro lado, el astigmatismo se define como otro defecto ocular que sucede porque existe una refracción diferente entre dos meridianos oculares, lo que impide un correcto enfoque de los objetos. Parece la misma definición que la miopía, verdad? Bueno, quizá pecando de simplificar las cosas, podríamos resumir que en la miopía los rayos de luz convergen delante de la retina, mientras que en el astigmatismo la luz de los objetos que entra en el ojo se enfoca en varios puntos de la retina.
En el astigmatismo, los rayos de luz que atraviesan la córnea se dividen en dos focos o más, lo que produce una imagen borrosa y distorsionada. Este defecto se da, principalmente, por irregularidades en la forma de la córnea. En vez de tener una geometría totalmente esférica, esta se estrecha hasta adquirir una forma de “pelota de rugby”, con un meridiano (plano del eje ocular) significativamente más curvo que su perpendicular.
Como podemos ver, donde existen diferencias se tienden puentes. A pesar de que se tratan de dos defectos refractivos con causas diferentes, ambos se caracterizan porque los rayos de luz no llegan correctamente a la retina, lo que impide que podamos formar una imagen mental clara de lo que nos rodea.
2. La prevalencia y los grupos afectados son distintos
Es hora de ponerse matemáticos, pues un espacio entero dedicado a la morfología ocular puede hacerse pesado hasta para el más ávido de conocimiento. Veamos cómo se distribuyen estos errores de refracción en la población general.
Según fuentes oficiales, la miopía es uno de los trastornos más comunes en el mundo. En Europa y estados Unidos, la prevalencia es del 30 al 40 %, llegando hasta el 80 % en ciertos colectivos étnicos como pueden ser los asiáticos (sobre todo en China). A principios de los años setenta sólo el 25 % de los estadounidenses eran miopes, pero esta cifra se ha disparado en los últimos años hasta el 42 %.
Por otro lado, todo parece indicar que el astigmatismo está relativamente más extendido que la miopía. Se calcula, por ejemplo, que hasta el 60 % de los españoles lo padecen, una cifra de vértigo. Los resultados son consistentes con otras investigaciones, pues recientemente estudios han demostrado que el astigmatismo es el error de refracción más común en todo el mundo al representar más del 40 % de los casos de mala visión por este defecto, mientras que la miopía se asocia a un 26,5 % de los pacientes.
Además, cabe destacar que el astigmatismo es el único problema refractivo que puede presentarse en menores de 45 años en conjunción con la miopía o hipermetropía, así que si, una persona puede tener miopía y astigmatismo a la vez.
3. El astigmatismo tiene más variedad de manifestaciones
Muchos medios de comunicación hacen especial hincapié en que la sintomatología es una de las diferencias entre miopía y astigmatismo más evidentes. Más allá del hecho de ver mal de cerca (en la miopía) o ver mal en cualquier plano (en el astigmatismo), la realidad es que ambos defectos generan síntomas similares si no se utilizan gafas: dolor de cabeza, fatiga, confusión y otros signos claros de que la persona no percibe el entorno de la forma correcta.
Más allá de eso, podemos encontrar una tercera diferencia mucho más fehaciente según los tipos de cada defecto. La miopía, por ejemplo, se divide en los siguientes términos:
Miopía simple: la graduación no pasa de las 5 o 6 dioptrías (unidad del poder de refracción de la lente) y es de evolución limitada hasta los 24 años.
Miopía magna: la graduación sobrepasa las 6 dioptrías y puede desencadenar ciertos problemas, como un desprendimiento de retina.
Por otro lado, el astigmatismo se puede categorizar de la siguiente forma:
Astigmatismo miópico: uno o ambos meridianos principales del ojo (planos que pasan por el eje óptico) enfocan como miopes.
Astigmatismo hipermetrópico: uno o ambos meridianos principales enfocan como hipermétropes.
Astigmatismo mixto: uno de los meridianos actúa como miope y el otro como hipermétrope.
Además de esta categorización, también hay que recalcar que el astigmatismo puede ser regular, irregular, simple, compuesto, directo o inverso. Aunque no vamos a detenernos en la explicación de cada término, creemos que con enumerarlos queda claro que el astigmatismo presenta una complejidad funcional y categórica mayor que la miopía.
Conclusiones
Como hemos podido ver, estamos ante dos términos ampliamente relacionados pero que también presentan claros puntos divergentes. Podemos resumir que las 3 diferencias entre miopía y astigmatismo se basan en dos mecanismos de refracción ocular inadecuada, una prevalencia diferente, y una categorización distinta según las necesidades clínicas.
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