La discapacidad visual es un tipo de impedimento sensorial que afecta a unas 280 millones de personas en el que el sentido dañado es el de la vista. Veamos cómo se clasifica en función de la pérdida de visión.
Pol Bertran Prieto
Microbiólogo, divulgador científico y Youtuber
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De acuerdo a un estudio publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 1.000 millones de personas sufren algún tipo de discapacidad. Así, aproximadamente el 15% de la población mundial padece y vive con alguna limitación fisiológica. Y de estas, hasta 190 millones podrían presentar graves dificultades para desarrollarse mental o físicamente con normalidad.
Definida como una restricción o impedimento de la capacidad de realizar una actividad considerada como “normal” para el ser humano, una discapacidad no solo designa esta limitación fisiológica, sino también una limitación social que emerge como consecuencia de la falta, alteración o deterioro funcional de una o más partes del cuerpo.
Existen muchos tipos de discapacidades diferentes, físicas, intelectuales, psicosociales… Pero, sin duda, las discapacidades sensoriales, todas aquellas que afectan al funcionamiento de alguno de los sentidos del cuerpo por problemas en el sistema nervioso, son las que pueden tener un mayor impacto en la vida de la persona.
Así, tanto la discapacidad auditiva como la visual son dos formas de gran relevancia clínica. Por ello, en el artículo de hoy y, como siempre, de la mano de las más prestigiosas publicaciones científicas, vamos a indagar en las bases de la discapacidad visual, explorando su clasificación de acuerdo al grado de pérdida de visión.
Qué es la discapacidad visual?
La discapacidad visual es un tipo de impedimento sensorial en el que el sentido dañado es el de la vista. Se trata de una clase de discapacidad sensorial que afecta a aproximadamente 280 millones de personas. Esta discapacidad visual va desde problemas de visión que no pueden corregirse con métodos convencionales y que pueden dificultar el desempeño de la persona hasta situaciones de ceguera total.
Así, pese a que solemos asociar la discapacidad visual con las personas ciegas o prácticamente ciegas, esto no es cierto. Para determinar el grado de discapacidad, se estudian dos parámetros: la agudeza visual (la capacidad de distinguir las formas de los objetos a cierta distancia) y el campo visual (el ángulo que el ojo es capaz de ver, correspondiendo a 90º para cada ojo).
Una discapacidad visual que no puede ser corregida con gafas, lentes de contacto, medicamentos ni cirugía y que se refiere a una agudeza visual por debajo del 50%, es lo que llamamos baja visión. De las 280 millones de personas con discapacidad visual, 240 millones la presentan en forma de esta baja visión.
En cambio, una discapacidad visual que consiste en la pérdida parcial o total del sentido de la vista ya que la agudez visual está por debajo del 10%, ya se considera legalmente que la persona es ciega. El sistema visual abarca tres partes: los órganos periféricos (los globos oculares), el nervio óptico y el centro visual del córtex cerebral.
Si cualquiera de ellos falla, el paciente pierde en mayor o menor medida la capacidad visual. Las principales causas detrás de la discapacidad visual son las alteraciones congénitas, las cataratas (una opacidad parcial o total del cristalino), el glaucoma (caracterizada por el aumento patológico de la presión intraocular), el tracoma (una infección bacteriana) y los errores refractivos sin corregir, es decir, miopía y hipermetropía, que afectan a 124 millones de personas en todo el mundo.
Ahora bien, como vemos, la discapacidad visual se puede manifestar de muchas formas distintas tanto en lo que a causas como a gravedad de la pérdida de visión se refiere. Por ello, es esencial indagar en la clasificación de este trastorno. Y esto es precisamente lo que vamos a analizar a continuación.
Cómo se clasifica la discapacidad visual?
Como decimos, existen muchos grados distintos de discapacidad visual en función tanto de su severidad como del origen de la pérdida de visión. A continuación, vamos a analizar las bases oftalmológicas de los diferentes tipos de discapacidad visual.
1. Baja visión
Por baja visión entendemos una forma leve de discapacidad visual que se diagnostica cuando la persona presenta una agudeza visual por debajo del 50% pero por encima del 10%. Se trata de una deficiencia que no puede ser corregida con gafas, lentes de contacto, medicamentos ni cirugía, aquellas intervenciones quirúrgicas que modifican la forma de la córnea con ayuda de un láser o donde se implanta una lente intraocular delante del cristalino.
De las 280 millones de personas con discapacidad visual, unas 240 millones la presentan en forma de baja visión. Ser de edad avanzada es un factor de riesgo para la baja visión, pero el envejecimiento normal del sistema de la vista no lleva a desarrollar esta discapacidad. Para ello, debe haber de fondo una causa patológica que puede ser congénita, hereditaria o adquirida.
Así, enfermedades congénitas (presentes desde el momento del nacimiento por defectos genéticos, expresándose más o menos tarde en la vida) como la hipoplasia del nervio óptico (una patología que consiste en el subdesarrollo del nervio óptico), las cataratas (una opacidad parcial del cristalino que afecta al 71% de los mayores de 70 años) y el glaucoma (una patología que consiste en un aumento de la presión intraocular) son causas comunes.
Al mismo tiempo, enfermedades hereditarias (que se transmiten de padres a hijos por herencia genética) como la retinitis pigmentosa (una degeneración progresiva de la retina) o la atrofia óptica (patología que afecta al nervio óptico) y las enfermedades adquiridas como las lesiones oculares, los accidentes cerebrovasculares, los daños cerebrales o la retinopatía de la prematuridad (una patología que afecta a los bebés prematuros) también pueden estar detrás de esta forma de discapacidad visual no total.
2. Ceguera legal
Por ceguera legal entendemos aquella forma de discapacidad visual en la que la agudeza visual de la persona está por debajo del 10%. Así, ya no hablamos de baja visión, sino de una pérdida parcial o total del sentido de la vista. La pérdida de la visión, pues, no tiene que ser total, por lo que muchas personas legalmente ciegas pueden ver, pero eso sí, con grandes dificultades.
En este sentido, hablamos de ceguera legal cuando la persona, por mucho que use gafas o lentes de contacto si es que las necesita o pueden ser de ayuda, presenta una agudeza visual (la capacidad de distinguir las formas de los objetos a cierta distancia) diez veces menor de lo normal en su mejor ojo y/o tiene un campo visual (el ángulo que el ojo es capaz de ver) presenta una restricción de 10º o menos cuando, en condiciones normales, debería ser de 90º para cada ojo.
3. Deterioro de la visión distante
Por deterioro de la visión distante entendemos aquella forma de discapacidad visual en la que la persona presenta complicaciones a la hora de percibir objetos lejanos. Es decir, existe discapacidad visual en lo que a visualización correcta de objetos distantes se refiere, pero no en la visualización de objetos cercanos.
4. Deterioro de la visión cercana
Por deterioro de la visión cercana entendemos aquella forma de discapacidad visual en la que la persona presenta complicaciones a la hora de percibir objetos próximos. Es una forma menos común que la anterior, existiendo discapacidad visual en lo que a visualización correcta de objetos cercanos se refiere, pero no en la visualización de objetos más distantes.
Se relaciona principalmente con una disfunción del cristalino, una capa transparente que se ubica por detrás de la región que conforman el iris y la pupila y que ayuda a enfocar la luz sobre la retina. Este cristalino recoge el haz procedente de la pupila y condensa la luz para que llegue como es debido a la parte posterior del ojo, donde se encuentra la retina y las células fotorreceptoras. Una disfunción lo suficientemente severa como para hablar de discapacidad visual es lo que lleva a desarrollar este deterioro de la visión cercana.
5. Pérdida de visión leve
Por pérdida de visión leve entendemos aquella forma de discapacidad visual en la que la persona está cerca de tener una visión considerada normal. Para clasificar de este modo, se usa un parámetro que mide la relación entre lo que puede ver el paciente y lo que puede ver una persona con vista normal a una distancia determinada.
Una persona con pérdida de visión leve o visión casi normal presenta una discapacidad visual de entre 20/30 y 20/60. Esto significa que la persona no puede estar a más de 20 pies (unos 6 metros) para poder ver lo que una persona con vista normal ve entre 30 pies (unos 9 metros) y 60 pies (unos 18 metros).
6. Pérdida de visión moderada
Por pérdida de visión moderada entendemos aquella forma de discapacidad visual en la que la baja visión presentada es de entre 20/70 y 20/160. Esto significa que la persona no puede estar a más de 20 pies (unos 6 metros) para ver lo que una persona con vista normal puede ver a entre 70 pies (unos 21 metros) y 160 pies (unos 48 metros).
7. Pérdida de visión grave
Por pérdida de visión grave entendemos aquella forma de discapacidad visual severa en la que la baja visión presentada es de entre 20/200 y 20/400. Esto significa que la persona no puede estar a más de 20 pies (unos 6 metros) para ver lo que una persona con vista normal puede ver a entre 200 pies (unos 60 metros) y 400 pies (unos 120 metros).
8. Pérdida de visión casi total
Por pérdida de visión casi total entendemos aquella forma de discapacidad visual considerada ya como ceguera legal. Se trata de una ceguera parcial, pues la pérdida no es total, pero aun así la discapacidad visual es de entre 20/500 y 20/1.000. Esto significa que la persona no puede estar a más de 20 pies (unos 6 metros) para ver lo que una persona con vista normal puede ver a entre 500 pies (unos 152 metros) y 1.000 pies (unos 300 metros).
9. Pérdida de visión total
Por pérdida de visión total entendemos aquella forma de discapacidad visual considerada como ceguera total. La persona es totalmente ciega ya que no puede percibir la luz. Existe, pues, una pérdida completa y absoluta de la visión.
10. Discapacidad visual unilateral
Terminamos con una forma de discapacidad visual en la que la pérdida de visión, que puede ser más o menos grave, se desarrolla solo en uno de los dos ojos, siendo de carácter temporal o permanente. Esta se considera una discapacidad visual unilateral, aunque como el otro ojo funciona con normalidad, no llega a representar un gran impedimento para la vida de la persona.
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