Los ojos son susceptibles de ser infectados por distintos microorganismos, provocando algunas de las enfermedades con síntomas más incómodos.

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Pol Bertran Prieto

Microbiólogo, divulgador científico y Youtuber

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Dolor, secreciones oculares, irritación, visión borrosa, sequedad, ardor… Estos son algunos de los síntomas más comunes que sufrimos cuando padecemos de una infección ocular, un grupo de enfermedades muy común que pueden conducir a dolencias graves e incluso la ceguera.

Además de, evidentemente, el sistema inmune, la principal barrera de protección humana frente a las infecciones es la piel. Este tejido evita la entrada de agentes patógenos en nuestro organismo, por lo que aquellas zonas no protegidas por él son más susceptibles de ser infectadas.

Los ojos, por lo tanto, al estar expuestos al medio exterior son una vía de fácil acceso para los patógenos especializados en su infección. En este artículo veremos cuáles son las principales infecciones que se pueden desarrollar en los ojos, así como los tratamientos más usados y algunos consejos para prevenirlas.

Qué es una infección ocular?

Una infección ocular es aquella enfermedad que se desarrolla cuando microorganismos patógenos como bacterias, hongos, virus o parásitos invaden un área del globo ocular o zonas cercanas. Incluye, por lo tanto, infecciones en la córnea (parte transparente del ojo), la conjuntiva (membrana que recubre el ojo), párpados, retina, etc.

Existen muchos tipos distintos de infecciones en el ojo, por lo que un correcto diagnóstico es vital para posteriormente aplicar el tratamiento más adecuado. En la mayoría de casos son fáciles de curar; el problema viene en los países subdesarrollados, donde no tienen acceso a las terapias necesarias.

Pese a poder afectar a cualquier persona, tienden a ser más comunes en niños o en personas con problemas de higiene o de salud, especialmente si tienen el sistema inmune debilitado.

Cuáles son los principales tipos de infecciones oculares?

En función del patógeno causante, existen muchos tipos de infecciones oculares, con una gravedad que dependerá del desarrollo de la enfermedad y de los síntomas o complicaciones que pueden derivar de ella.

A continuación presentamos algunas de las infecciones en el ojo más comunes.

1. Conjuntivitis

La conjuntivitis es la infección bacteriana o viral de la conjuntiva, la membrana transparente que recubre el párpado y la córnea. El enrojecimiento ocular característico de esta enfermedad es debido a que, por la respuesta del sistema inmune a la infección, los vasos sanguíneos de la conjuntiva se inflaman y se hacen más visibles.

Pese a que los síntomas de dolor, hinchazón y lagrimeo pueden ser muy molestos, la conjuntivitis raramente afecta a la visión. Se trata de una enfermedad altamente contagiosa y puede ser básicamente de dos tipos:

  • Conjuntivitis bacteriana:

Es el tipo de conjuntivitis más frecuente. Es muy contagiosa, especialmente en las épocas calurosas del año. Su principal característica es que el ojo se vuelve de color rojo y se produce una secreción mucosa en la parte inferior de este. Empieza en uno de los dos ojos pero suele extenderse rápidamente al otro.

  • Conjuntivitis vírica:

Es el tipo de conjuntivitis más peligrosa porque, además de no poder ser tratada con antibióticos, tiene una sintomatología asociada que incluye malestar general, dolor de garganta y fiebre, cosa que no sucede con la bacteriana. Es altamente contagiosa porque la persona puede transmitirlo cuando todavía no tiene síntomas. En este caso, el ojo adquiere una coloración más rosácea.

2. Queratitis

La queratitis es una infección de la córnea, el tejido transparente que se encuentra delante del iris. De no tratarse, la queratitis puede ser una infección grave que ocasiona complicaciones y daños permanentes en la vista.

La queratitis cursa con una sintomatología similar a la conjuntivitis, además de sensibilidad a la luz, visión disminuida, sensación de cuerpo extraño en el ojo y dificultad para abrir los ojos a causa del dolor.

En función del patógeno causante, hay distintos tipos de queratitis:

  • Queratitis bacteriana:

Este tipo de queratitis es provocada por muchas especies distintas de bacterias, especialmente de los géneros “Staphylococcus” y “Pseudomonas”, que consiguen penetrar la córnea después de una lesión de esta o por una falta de higiene personal. Puede ser grave ya que de no ser tratada es posible que derive en ceguera en la propagación a otros tejidos.

  • Queratitis vírica:

El Virus del Herpes Simple puede provocar una infección de la córnea que cursa con la sintomatología anteriormente mencionada. Puede ser más grave ya que el tratamiento con antibióticos no funciona.

  • Queratitis micótica:

La queratitis micótica se desarrolla cuando algunas especies de hongos infectan la córnea. Generalmente provocada por el género “Fusarium”, estas infecciones por hongos se suelen dar cuando nos hemos hecho una lesión en la córnea y tienen vía libre para entrar.

  • Queratitis por acanthamoeba:

Acanthamoeba es un parásito que puede infectar la córnea especialmente en usuarios de lentes de contacto. Es por ello que deben seguirse las indicaciones de seguridad, pues este parásito puede aprovecharse de unas malas condiciones higiénicas en estas lentillas para llegar a la córnea y provocar la infección de la misma.

3. Orzuelo

Un orzuelo es una infección del borde del párpado inferior que se detecta por la presencia de un bulto rojo con pus y que trae consigo una sintomatología dolorosa. Suelen desaparecer sin ningún tratamiento a los pocos días, aunque el dolor puede aliviarse con algunas pomadas antibióticas.

Esta enfermedad sucede cuando bacterias del grupo de los estafilococos infectan las glándulas sebáceas del párpado.

4. Tracoma

El tracoma es una enfermedad ocular que representa la principal causa de ceguera en el mundo: casi 2 millones de personas padecen de incapacidad visual a causa de esta infección.

Responsable de daños irreversibles, la bacteria “Chlamydia trachomatis” provoca una enfermedad ocular altamente contagiosa, especialmente en países del Tercer Mundo, donde es endémica.

Al principio provoca irritación en ojos y párpados para, posteriormente, derivar en una hinchazón de estos y drenaje de pus de los ojos. Infecciones recurrentes por esta bacteria pueden acabar causando pérdida de visión e incluso ceguera.

5. Endoftalmitis

La endoftalmitis es una infección interna del globo ocular. Si bien las anteriores eran infecciones de partes externas del ojo, esta enfermedad sucede en el interior de este, de modo que sin un tratamiento adecuado, las consecuencias pueden ser graves.

Generalmente se produce cuando hay una lesión ocular penetrante, como por ejemplo una cirugía de cataratas. La herida abierta puede conducir a una infección por distintas especies de bacterias, lo que requerirá un tratamiento con antibióticos.

Pese a ser poco común, la infección del globo ocular también puede estar provocada por hongos, generalmente en países tropicales. Este tipo de infección es incluso más grave que la bacteriana.

6. Blefaritis

La blefaritis es una infección del párpado superior donde crecen las pestañas. Las glándulas sebáceas son infectadas por distintos patógenos (generalmente bacterias) que provocan una enfermedad que no es fácil de tratar.

Suele ser un problema crónico que, pese a no ser demasiado contagioso ni provocar daños permanentes en la visión, resulta molesto y antiestético, pues los párpados adoptan un aspecto grasoso y las pestañas crecen de forma anormal.

7. Retinitis

La retinitis es una infección de la retina, que es la superficie interna del ojo, similar a una tela donde se proyectan las imágenes. Suele estar provocada por el Citomegalovirus, que desarrolla una infección vírica que puede resultar grave.

La enfermedad empieza con manchas en el campo de visión y vista borrosa. La pérdida de visión empieza en los laterales hasta acabar desencadenando en una pérdida de visión central.

Sin un tratamiento adecuado ni una respuesta correcta del sistema inmune, el virus acaba destruyendo la retina y dañando al nervio óptico.

8. Toxoplasmosis

La toxoplasmosis ocular es una enfermedad de la retina provocada por la infección y replicación de un parásito: “Toxoplasma gondii”. La infección se puede dar por el consumo de agua o alimentos con huevos del parásito, que después de ser ingeridos, circulan por el organismo hasta llegar a la retina.

Provoca una retinitis que también puede ser grave, especialmente por las reacciones de hipersensibilidad de nuestro sistema inmune a la presencia del parásito.

9. Dacriocistitis

La dacriocistitis es una infección del saco lagrimal, el área encargada de producir las lágrimas dentro del globo ocular y de permitir su drenaje. Se trata de una infección aguda o crónica que no suele extenderse a ambos ojos, se localiza en uno de ellos.

Suele estar provocada por bacterias y afectar especialmente a recién nacidos y a mujeres mayores de 50 años. La principal causa es la obstrucción del saco lagrimal, lo que propicia el desarrollo y crecimiento en su interior de bacterias patógenas.

10. Oftalmía del recién nacido

La oftalmía del recién nacido hace referencia a todas aquellas enfermedades oculares que se desarrollan en un recién nacido. Es decir, se incluyen todas las patologías que hemos visto, teniendo en cuenta que su gravedad es mucho mayor ya que el sistema inmune del neonato no está desarrollado del todo.

La infección puede darse por distintas causas, aunque generalmente es porque el conducto lacrimal del niño está obstruido o porque la madre, pese a no presentar síntomas, le ha contagiado alguno de los patógenos durante el parto o en momentos posteriores a este.

Tratamiento de las infecciones oculares

Las infecciones oculares, pese al potencial peligro de sus síntomas, suelen representar enfermedades relativamente fáciles de tratar siempre que se dispongan de los medios.

Muchas de ellas son autolimitantes, es decir, el cuerpo las acabará curando por sí solo. En caso de que el sistema inmune no pueda o de que se quiera agilizar el proceso, existen tratamientos.

En el caso de las infecciones bacterianas, suele ser suficiente con aplicar gotas oftálmicas con antibióticos, que deberán ser recetadas por un médico. En lo que se refiere a infecciones virales, habrá que esperar a que el cuerpo las combata, ayudándolo con la aplicación de cremas y compresas. Para las infecciones por hongos, también existen medicamentos antifúngicos que los eliminan.

Prevención de las infecciones en los ojos

Dado que los síntomas pueden ser muy molestos y que algunas de las infecciones son difíciles de tratar, lo mejor es prevenir el desarrollo de estas enfermedades.

Las mejores medidas para hacerlo son las siguientes:

  • No tocarse los ojos con las manos sucias

  • Evitar el contacto con personas infectadas

  • Medidas de higiene personal adecuadas

  • En caso de utilizar lentes de contacto, respetar las normas de uso

  • Evitar bañarse en agua sucia

Referencias bibliográficas

  • Levon Shahsuvaryan, M., Ohanesian, R. (2005) “Eye Diseases”. USAID From the American People.

  • Galloway, N.R., Amoaku, W.M.K., Browning, A.C. (1999) “Commom Eye Diseases and their Management”. UK: Springer.