Ambas enfermedades se caracterizan por la inflamación de las vías respiratorias altas, aunque hay diferencias entre ellas. Veámoslas.

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Pol Bertran Prieto

Microbiólogo, divulgador científico y Youtuber

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Con el frío llegan muchas enfermedades debidas a las bajas temperaturas y a los cambios bruscos en estas, siendo el resfriado y la gripe algunas de las afecciones más comunes que sufrimos en los meses de invierno.

Otro clásico es el “dolor de garganta”. Nos referimos erróneamente a esta dolencia como una enfermedad en sí, simplemente es un síntoma derivado de algún problema en las vías respiratorias altas.

Estas vías respiratorias altas son la nariz, la faringe y la laringe. Cuando estas dos últimas sufren alguna infección por parte de un patógeno concreto, se inflaman y nos provocan el famoso dolor de garganta.

Sin embargo, pese a que la sintomatología es muy similar y que, por lo tanto, solemos confundirlas, lo cierto es que las enfermedades que nos llevan a tener dolor de garganta son distintas y tienen algunas diferencias entre ellas que merecen ser mencionadas.

Por ello, en este artículo haremos un repaso de los 3 principales trastornos que nos llevan a sufrir dolor de garganta: faringitis, amigdalitis (también conocida como anginas) y laringitis.

La infección de las vías respiratorias altas

Las infecciones del tracto respiratorio superior constituyen el grupo de enfermedades más comunes: los adultos suelen sufrir entre dos y cinco infecciones de estas vías a lo largo del año y, los niños, de cuatro a ocho.

Son trastornos muy comunes en la población que suelen afectar especialmente durante los meses fríos del año y que están causadas por un proceso de infección, generalmente por virus y bacterias. Las vías respiratorias son muy sensibles a sufrir infecciones ya que están muy expuestas al medio, pues constantemente estamos inhalando aire cargado de gérmenes.

Esta situación se ve fomentada con los cambios bruscos de temperatura, los cuales debilitan nuestro sistema inmune y hacen que este no pueda combatir tan eficientemente los ataques de los patógenos, por lo que acaban consiguiendo colonizar las vías respiratorias.

Una vez las bacterias o los virus se han instaurado en estas zonas de nuestro organismo, se inicia el proceso patogénico y, para evitar que acaben creciendo de forma descontrolada, el sistema inmune reacciona y se desplaza con todo su arsenal de células al lugar de la infección.

La acción de los patógenos y la propia respuesta de nuestro sistema inmune hacen que estas vías respiratorias se inflamen, dando lugar a la sintomatología propia de estas enfermedades. El típico dolor de garganta es uno de los signos más claros que indica que nuestro sistema inmune está intentando eliminar los patógenos.

Laringitis, amigdalitis o faringitis? Las 4 diferencias entre ellas

Cualquier órgano y tejido de nuestro cuerpo es susceptible de ser infectado por algún patógeno. Por lo tanto, cualquier área de las vías respiratorias altas también puede sufrir trastornos provocados por la acción de diferentes gérmenes.

La laringe, las amígdalas y la faringe son zonas del aparato respiratorio que son infectadas con frecuencia y que provocan una sintomatología similar. De todos modos, hay que tener en cuenta que se trata de enfermedades distintas y, por ello, en este artículo haremos un repaso de las principales diferencias entre ellas.

1. Zona de las vías respiratorias afectada

A pesar de que la sintomatología es parecida, el área del aparato respiratorio afectada es distinta para cada una de las tres enfermedades.

1.1. Faringitis

La faringitis es una enfermedad caracterizada por una inflamación de la faringe, que es lo que tradicionalmente conocemos como garganta. La faringe es un conducto situado en el cuello y que forma parte tanto del aparato respiratorio como del digestivo, pues por ella pasa el aire que inhalamos pero también los alimentos y los líquidos que consumimos.

La faringe es la parte que comunica la cavidad bucal con el esófago y las fosas nasales con la laringe, que es el siguiente componente del aparato respiratorio.

1.2. Laringitis

La laringe es un órgano tubular que sirve de conexión entre la faringe y la tráquea. Por lo tanto, está situada después de la faringe y ya no forma parte del aparato digestivo, únicamente del respiratorio.

Está localizada en una zona más profunda y es una estructura formada por cartílagos que permite que el aire llegue a la tráquea y, por lo tanto, sea conducido a los pulmones.

1.3. Amigdalitis

La amigdalitis es una inflamación de las amígdalas, que son dos estructuras situadas a ambos lados de la faringe en la parte final de la cavidad bucal. Están constituidas por tejido linfoide, es decir, forman parte del sistema inmune y son la primera barrera de defensa para protegernos del ataque de patógenos que llegan a través del aire. Suelen infectarse e inflamarse con frecuencia, especialmente durante la infancia.

2. Causas

Todas estas enfermedades respiratorias tienen un origen infeccioso, pues son los gérmenes presentes en el aire los que provocan que se dé la inflamación, aunque hay algunas diferencias entre las tres.

2.1. Faringitis

La mayoría de casos de faringitis aparecen como consecuencia de una infección vírica, generalmente durante un proceso de resfriado o de gripe. Hay otras muchas enfermedades víricas que pueden conducir a sufrir una inflamación de la faringe: mononucleosis, varicela, sarampión…

Sin embargo, hay causas no infecciosas que pueden comportar un proceso de faringitis: alergias, tensiones musculares (gritar demasiado), sequedad, tabaquismo, etc.

2.2. Laringitis

Las causas que llevan al desarrollo de la faringitis y la laringitis son similares, aunque esta última puede ser provocada por infecciones bacterianas como la difteria e incluso por infecciones micóticas, es decir, causadas por hongos.

2.3. Amigdalitis

La amigdalitis suele estar causada por las mismas infecciones virales que la faringitis, aunque las infecciones bacterianas por estreptococos también son una causa muy común de inflamación de las amígdalas.

3. Síntomas

Las tres se caracterizan por el dolor de garganta, aunque hay diferencias en la sintomatología que permiten diferenciarlas.

3.1. Faringitis

Los síntomas únicos de la faringitis y que, por lo tanto, permiten saber que ese es el trastorno que se padece son los siguientes:

  • Dificultad para tragar

  • Picazón en la garganta

  • Dolor al hablar

  • Tos (no seca)

3.2. Laringitis

Cuando la laringe está inflamada, además del tradicional dolor de garganta, pueden notarse otros síntomas específicos de este trastorno:

  • Ronquera

  • Pérdida de voz

  • Tos seca

  • Cosquilleo en la garganta

  • Sensación de sequedad

3.3. Amigdalitis

La amigdalitis, además de provocar dolor de garganta, viene acompañada de una sintomatología muy característica que la hace diferenciarse de las otras afecciones:

  • Formación de placas de pus en la zona de las amígdalas

  • Mal aliento

  • Fiebre

  • Dolor al tragar

  • Dolor estomacal

  • Voz rasposa

  • Rigidez en el cuello

  • Dolor de cabeza

Por lo tanto, podemos ver que la amigdalitis es la afección más grave de las tres, pues es la única que en condiciones normales provoca fiebre y, consecuentemente, malestar general.

4. Complicaciones

Habiendo repasado ya la sintomatología más común que provocan estas tres afecciones de las vías respiratorias, del mismo modo hay que tener en cuenta que las complicaciones en las que cada una de ellas puede derivar también son diferentes.

Ambas son, en principio, trastornos leves que suelen resolverse por sí solos al cabo de una semana sin requerir ningún tratamiento específico, y, además, su sintomatología puede aliviarse fácilmente mediante el consumo de antiinflamatorios.

De todos modos, la faringitis, la laringitis y la amigdalitis pueden provocar distintas complicaciones más graves que sí que pueden requerir atención médica.

4.1. Faringitis

Como hemos visto, la inflamación de la faringe es un trastorno leve que cursa sin fiebre, aunque habría que acudir al médico si se observan las siguientes complicaciones:

  • El dolor de garganta se alarga más de una semana

  • Falta de aliento

  • Dolor en las articulaciones

  • Dolor de oído

  • Sangre en la saliva

  • Aparición de bultos en el cuello

  • Fiebre superior a 38 °C

  • Erupciones cutáneas

4.2. Laringitis

La laringe es una zona más profunda del aparato respiratorio, por lo que las complicaciones que pueden derivar de este trastorno suelen ser más graves que los de la faringitis. De hecho, el principal problema que puede causar la laringitis es que los patógenos que han infectado la laringe se propaguen a las vías respiratorias más bajas (bronquios y pulmones).

Por lo tanto, una laringitis puede derivar en trastornos más graves como la bronquitis o la neumonía, de manera que habría que acudir el médico si después de sufrir una inflamación de la laringe se observan las siguientes complicaciones:

  • Dificultad para respirar

  • Tos con sangre

  • Fiebre de más de 39 °C

  • El dolor va en aumento

4.2. Amigdalitis

La amigdalitis, pese a tener una sintomatología más severa que las otras, suele resolverse sin problemas por sí sola. Sin embargo, sí es cierto que puede derivar en complicaciones problemáticas como las siguientes:

  • Apnea del sueño: interrupción de la respiración mientras la persona duerme

  • Celulitis amigdalina: la infección se propaga a los tejidos epiteliales cercanos a las amígdalas

  • Acumulación de pus detrás de las amígdalas

  • Debilidad

  • Fatiga

  • Dificultad extrema para tragar

Cómo pueden prevenirse los trastornos de las vías respiratorias altas?

Las mejores maneras de evitar que la faringe, la laringe y las amígdalas se inflamen son las siguientes: cuidar la higiene personal, no fumar, evitar la exposición a elevadas dosis de contaminación, mantenerse hidratado, evitar alimentos picantes, limitar el consumo de alcohol y cafeína, limpiar con frecuencia aparatos como los móviles y no entrar en contacto con gente que sufre alguna enfermedad respiratoria.

Referencias bibliográficas

  • Somro, A., Akram, M., Khan, M.I., Asif, M. (2011) “Pharyngitis and sore throat: A review”. African Journal of Biotechnology.

  • Gupta, G., Mahajan, K. (2018) “Acute laryngitis”. ResearchGate.

  • Georgalas, C., Tolley, N., Narula, A. (2009) “Tonsillitis”. Clinical evidence.