El flato es un dolor agudo y punzante en la parte lateral del abdomen que surge cuando, al practicar deporte, el estómago roza con el diafragma o con el peritoneo. Veamos cómo quitarlo y cómo evitar que aparezca.

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Pol Bertran Prieto

Microbiólogo, divulgador científico y Youtuber

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El cuerpo humano es, sin duda, una verdadera proeza de la naturaleza. Somos una máquina casi perfecta. Y decimos “casi” porque, en realidad, hay muchos momentos en los que descubrimos que estamos muy lejos de la perfección. Especialmente cuando ponemos el organismo al máximo.

El deporte, sin duda, es algo esencial para la salud. Los beneficios que tiene en la salud mental y física son innumerables. Pero dentro del mundo de la actividad física, los ejercicios intensos que involucren correr pueden provocar algunos problemas. Al fin y al cabo, nuestro cuerpo, más allá de situaciones de huida, no está hecho para correr.

Y es aquí donde entra en juego el (por desgracia) famoso flato, conocido en algunos países latinoamericanos como vaso o dolor de caballo, un dolor agudo y punzante en la parte lateral del abdomen que surge cuando, al practicar un deporte intenso (y especialmente si hablamos mientras corremos), el estómago roza con el peritoneo.

Todos lo hemos experimentado alguna vez y sabemos perfectamente lo desagradable que es. Pero, ¿no hay forma de quitarlo rápidamente cuando aparece? ¿Y de evitar que surja el flato? Por supuesto que sí. Y en el artículo de hoy, además de entender qué es el flato y por qué aparece, ofreceremos los mejores consejos tanto para quitar como para evitar el flato. Empecemos.

Qué es el flato y por qué aparece?

El flato es un dolor agudo y punzante en la parte lateral del abdomen que surge en ocasiones cuando practicamos ejercicio físico, consistiendo, a nivel más técnico, en una congestión venosa abdominal. Se conoce también como dolor abdominal transitorio y habitualmente aparece en disciplinas deportivas de cierta intensidad y con movimientos de tronco repetitivos, como pueden ser todos aquellos deportes que impliquen correr.

Es común que aparezca ante un cambio de ritmo o, sobre todo, si hablamos o conversamos con alguien mientras practicamos el ejercicio. Se cree que el dolor aparece por el roce del estómago con el diafragma (el músculo situado por debajo de los pulmones y con forma de bóveda que se contrae durante la inspiración para facilitar el proceso de respiración) o con el peritoneo (la membrana serosa que recubre el interior de la cavidad abdominal).

De todas formas, esto no explica por qué el flato puede aparecer durante la natación, pues hay poca (o ninguna) fuerza hacia abajo que pueda ocasionar este roce. Pero en líneas generales, se cree que el flato es esto. Dolor por el roce entre el estómago y el diafragma o el peritoneo.

Aun así, por sorprendente que parezca, las causas detrás del flato siguen siendo bastante desconocidas. Es decir, sabemos (o creemos) que el dolor aparece por este roce que hemos comentado, pero el origen del flato es, en parte, un misterio. De todas formas, hay distintas teorías acerca de por qué aparece.

Una de ellas es que surge por un aporte insuficiente de sangre al diafragma (isquemia diafragmática), el músculo que, como hemos visto, está involucrado en la respiración. Esto podría explicar los problemas de roce, pero no da respuesta a por qué el dolor punzante típico se siente en la zona abdominal.

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Otra es que surge por afectación a los ligamentos del diafragma, es decir, problemas en los haces de tejido conjuntivo que unen las vísceras internas al diafragma. Estas alteraciones ligamentosas harían que el diafragma tuviera que soportar el empuje de los órganos situados por debajo del mismo y explicaría que, al tener el estómago lleno, el riesgo de flato fuera mayor, pues este tiene más peso.

Otra es que el estómago puede inflamarse o simplemente que, al estar lleno, roza con el peritoneo, la la membrana serosa que recubre el interior de la cavidad abdominal, provocando su irritación y consecuente dolor.

Sea como sea y pese a que las causas no estén demasiado claras, sí que conocemos factores de riesgo para su aparición: hablar mientras se practica el deporte, respirar incorrectamente, beber o comer justo antes de (o durante) practicar la actividad física, hacer cambios bruscos de ritmo, acelerar la respiración, falta de oxígeno, fatiga muscular, rigidez en determinados músculos, la mala postura de la columna vertebral… Por ello, pese a no saber su origen, como sí que conocemos los principales desencadenantes, sí que sabemos cómo quitarlo y cómo reducir las probabilidades de que aparezca.

Cómo puedo quitar el flato? Y evitar que aparezca?

El flato es especialmente común en deportistas jóvenes y se sabe que hay determinadas características anatómicas, fisiológicas y mecánicas con las que nacemos que influyen positiva o negativamente en su aparición. Por ello, pese a que haya una parte que no podemos controlar, es importante conocer de qué formas podemos quitar y evitar que aparezca el flato. Veamos consejos para ambas cosas.

1. Cómo evitar que aparezca el flato?

Como bien dicen, es mejor prevenir que curar. Así pues, antes de aprender las estrategias para quitar el flato en caso de que “ataque” en medio de nuestra sesión deportiva, vamos a ver cómo evitar que este surja. Estos son los mejores consejos para prevenir el flato.

1.1. No comas a menos de dos o tres horas para hacer deporte

Como hemos dicho, tener el estómago lleno mientras hacemos deporte es uno de los factores de riesgo más importantes. Así pues, para prevenir la aparición del flato, es importante dejar suficiente tiempo como para hacer la digestión y tener el estómago lo más vacío posible. Que no quiere decir que no tengamos energía. De hecho, ahora hablaremos de la alimentación.

1.2. Evita alimentos con mucho azúcar, grasa y sal

Es importante evitar que las comidas previas al deporte sean ricas en azúcar, grasas y sal. Todos estos nutrientes incrementarán el riesgo de que surja este dolor. En cambio, deberíamos optar por hidratos de carbono de lenta asimilación, es decir, carbohidratos complejos como el pan, la pasta, el arroz, la avena...

1.3. Bebe mucho pero a pequeños sorbos

Hidratarse es esencial. De hecho, la deshidratación es una de las principales causas detrás de los espasmos musculares. Pero, cómo encontramos el equilibrio entre beber poco para no llenar el estómago pero beber lo suficiente para estar hidratados? Pues, básicamente, no bebiendo de golpe, sino bebiendo varias veces pero a pequeños sorbos. De este modo, no llenamos de golpe el estómago pero sí mantenemos la hidratación constante.

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1.4. Evita las bebidas con gas

Las bebidas con gas son uno de los peores enemigos no solo para la salud en general, sino para la aparición del flato. Estas provocan una mayor pesadez de estómago y, juntamente con sus niveles altos de azúcar, incrementan mucho el riesgo de flato. Así pues, antes de

1.5. Intenta no acelerar demasiado la respiración

Respirar agitadamente es uno de los principales desencadenantes del flato, pues estimula el roce del diafragma con el estómago. Así pues, dentro de las posibilidades, debes intentar controlar la respiración, haciéndolo lentamente y evitando acelerarla.

1.6. No hables mientras practicas el deporte

Conversar con alguien mientras hacemos deporte es también uno de los principales desencadenantes, pues incrementa el riesgo de roces diafragmáticos y una desestabilización de la respiración. Por ello, cuando hagamos ejercicio, silencio.

1.7. Haz estiramientos en la zona abdominal

Especialmente si tenemos tendencia a sufrir flato, lo mejor es realizar un buen calentamiento e incluir, en esta rutina, ejercicios para estirar los músculos de la zona abdominal. Esto reducirá mucho el riesgo de que surja el flato y puedes encontrar estiramientos fácilmente en vídeos de Youtube.

1.8. Coge más forma física

Como hemos dicho, respirar agitadamente es uno de los desencadenantes detrás del flato más importantes. ¿Solución? Coger más forma física. Cuando estamos preparados físicamente y tenemos fondo, respiramos con mayor normalidad y regularidad, sin aceleraciones. De ahí que, cuanta mayor sea nuestra preparación, más raro sea que el flato ataque.

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1.9. Mantén una correcta postura

La postura corporal es muy importante en lo que a respiración se refiere. Por ello, es esencial que, durante la práctica del ejercicio físico, mantengamos la columna vertebral recta. De lo contrario, podemos forzar demasiado la musculatura abdominal y puede aparecer el flato.

2. ¿Cómo quitar el flato?

Pero evidentemente, estos consejos de prevención no son 100% eficaces y es posible que, si bien reducirán el riesgo de aparición del flato, habrá veces en las que este dolor punzante y agudo nos atacará en medio de la actividad física. Pero no pasa nada. También hay consejos para eliminar el flato. Veámoslos.

2.1. Presiona con fuerza la zona abdominal

Cuando aparece el flato, lo primero que tienes que hacer es presionar con fuerza (con dos dedos está perfecto) la zona abdominal donde esté localizado el dolor. Puedes apretar fuertemente y, si quieres, aprovechar para masajear un poco la zona. Ambas cosas ayudarán a que la musculatura se relaje.

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2.2. Llena los pulmones de aire

Posteriormente, el siguiente paso tiene que ser llenar los pulmones de aire (mientras mantienes apretada la zona abdominal que te duele) y exhalar lentamente. Haciendo esta inspiración profunda mientras aprietas la zona con dolor seguirás contribuyendo a que la musculatura tienda a la relajación.

2.3. Reduce la intensidad (e incluso detente)

Llegados a este punto, es momento de la pausa. Explora tu cuerpo y piensa en qué estado te encuentras. Y dependiendo del dolor, puedes optar o por reducir la intensidad o por detenerte del todo. Lo único que no es una opción viable es continuar la actividad con normalidad, pues la musculatura seguirá tensa. O frenar un poco o detenerte. Lo que creas que sea mejor.

2.4. Respira de forma regular

Cuando reprendas la marcha (habiéndote detenido o simplemente aminorado el ritmo), es importante que, pese al dolor, no respires agitadamente. Esto solo empeorará la situación. Puede incluso parecer que respirando rápido se siente menos dolor, pero no traerá nada bueno. Aunque cueste, es importante controlar la respiración y hacerlo de forma regular.

2.5. Inclínate hacia delante

Si el dolor persiste, vuelve a detenerte. Prueba ahora a, mientras sigues intentando respirar con normalidad y de forma profunda, inclinarte hacia delante. De este modo, respirando estando inclinado, el diafragma se estirará y se mejorará la circulación del aire por los pulmones. Quédate así el tiempo que necesites.

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2.6. Por último, estira el tronco hacia atrás

Cuando vayas a levantarte y recuperar la posición, antes de volver a la postura normal y reprender la actividad, estira el tronco hacia atrás levantando un brazo al aire. De este modo, relajarás todavía más la musculatura. Seguro que, siguiendo estos pasos, el flato desaparece en un abrir y cerrar de ojos.