La apnea del sueño es un trastorno frecuente relacionado con la interrupción de la respiración durante el sueño. Puede mermar seriamente la calidad de vida de la persona, ya que impide obtener un descanso de calidad. Conozcamos esta patología.
Natalia Menéndez Martínez
Psicóloga
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Un descanso adecuado es un requisito fundamental para poder disfrutar de una buena salud. Los problemas de sueño son muy frecuentes en la población, aunque no todos los casos de insomnio tienen una misma causa. Muchas personas encuentran problemas para dormir debido al estrés y las preocupaciones, aunque por supuesto el insomnio puede producirse por causas orgánicas. Un porcentaje importante de las personas que sufren problemas de descanso lo hace por una razón específica: la apnea del sueño.
Debido a que se trata de un fenómeno que ocurre cuando el paciente duerme, en ocasiones pasa bastante tiempo hasta que al fin es diagnosticado. Habitualmente, quienes sufren este problema tienden a roncar durante el sueño, experimentan fatiga crónica o se despiertan numerosas veces a lo largo de la noche.
Debido a la enorme interferencia que esta patología tiene en la vida cotidiana de la persona, es importante realizar un diagnóstico precoz y aplicar el tratamiento adecuado, de forma que el paciente pueda descansar con normalidad y sin ningún tipo de riesgo para su salud. En este artículo vamos a hablar de la apnea del sueño, repasando no sólo qué es, sino también sus causas, síntomas y tratamiento.
Qué es la apnea del sueño?
La apnea del sueño es un trastorno que puede llegar a implicar serias complicaciones, ya que provoca una interrupción en la respiración de la persona mientras esta duerme. Estas interrupciones, que pueden durar varios segundos, suelen repetirse varias veces a lo largo de la noche y no suelen ser percibidas por el propio paciente, sino por la persona que duerme junto a él.
Este trastorno se puede producir a cualquier edad, aunque resulta más común en los hombres. Además, veremos posteriormente que existen factores de riesgo específicos que harán más probable la aparición de este fenómeno.
No podemos hablar de un solo tipo de apnea, sino que existen tres clases diferenciadas en función de la causa que provoca las interrupciones respiratorias. Para entender las diferencias entre los tipos de apnea, es importante aclarar algunos conceptos:
Apnea: Se produce cuando hay una interrupción total de la respiración.
Hipopnea: Se produce cuando la respiración es demasiado lenta o superficial.
Hipoventilación: Se produce cuando los niveles de oxígeno y dióxido de carbono se encuentran fuera de lo normal.
Teniendo en cuenta estas definiciones, se han establecido tres tipos de apnea.
1. Apnea obstructiva del sueño
Este tipo se produce debido a una relajación de los músculos de la garganta. Aparece una obstrucción de las vías respiratorias superiores, lo que provoca apneas e hipopneas.
2. Apnea central del sueño
El fallo se encuentra en el cerebro, ya que este no envía las señales correctas a los músculos encargados de la respiración. En este caso también se observan apneas e hipopneas, pero las vías respiratorias no se encuentran obstruidas.
3. Síndrome de apnea del sueño compleja
En este caso la persona no experimenta ni apneas ni hipopneas, sino una hipoventilación.
Causas de la apnea del sueño
En el caso de la apnea obstructiva, lo que ocurre es que los músculos de la parte posterior de la garganta se relajan. Al relajarse, las vías aéreas se estrechan y cierran. Esto impide que la persona pueda recibir la cantidad de aire suficiente, por lo que los niveles de oxígeno en sangre se reducen. El propio cerebro detecta esta carencia y automáticamente activa a la persona para que se despierte, de forma que las vías aéreas se puedan abrir de nuevo.
Este mecanismo provoca que el paciente se esté despertando de forma continuada a lo largo de la noche, lo que le impide llegar a las etapas profundas del sueño y, por ello, obtener un sueño realmente reparador.
En el caso de la apnea central, como ya comentamos, el problema reside en las señales que el cerebro emite a los músculos respiratorios. Esto provoca que dichos músculos no hagan su labor y la respiración no se produzca durante unos segundos. Después de esta interrupción, la persona suele despertarse con problemas para respirar. Además de lo dicho, se conocen algunos factores de riesgo que pueden favorecer la aparición de apnea del sueño:
Sobrepeso: Las personas con obesidad poseen mayor cantidad de grasa alrededor de las vías respiratorias altas, lo que contribuye a dificultar la respiración.
Sexo: Los hombres tienen más riesgo de desarrollar apnea del sueño que las mujeres. Esta diferencia desaparece si la mujer sufre obesidad o se encuentra en la menopausia.
Edad: Las personas mayores muestran mayor tendencia a sufrir apnea del sueño.
Genética: Se ha observado que aquellas personas con familiares que sufren apnea del sueño poseen mayor riesgo de padecerla. Además, algunas alteraciones genéticas como el Síndrome de Down pueden favorecer que se produzca apnea, ya que la lengua y amígdala en estos casos es mayor de lo normal.
Tabaquismo: El consumo de tabaco triplica el riesgo de desarrollar apnea del sueño. Esto se debe a que el tabaco inflama las vías respiratorias altas y contribuye a la retención de líquidos.
Otras enfermedades: Las personas que padecen ciertas patologías pueden tener un riesgo mayor de sufrir apnea del sueño. Ejemplo de ello son la diabetes tipo 2 o la enfermedad de Parkinson.
Síntomas y complicaciones de la apnea del sueño
Quienes sufren apnea del sueño pueden mostrar determinados síntomas característicos. En muchas ocasiones, la mayoría de estos síntomas no son detectados por la persona afectada, sino por aquellos que duermen cerca de ella. Entre las señales más habituales se encuentran: ronquidos sonoros, interrupciones en la respiración durante el sueño, migrañas matutinas, sequedad bucal, insomnio, hipersomnia y fatiga diurnas, irritabilidad, problemas de atención y concentración y alteraciones cognitivas
Cuando la apnea de sueño no es detectada de manera temprana, esta puede producir complicaciones en el paciente. Algunas de ellas son:
Dificultades para el desempeño cotidiano: Las personas con apnea del sueño sin tratar suelen padecer un insomnio severo o sensación de fatiga intensa y crónica. Esto puede provocar que la persona rinda de manera deficiente en el trabajo y, en el caso de los niños, en el colegio. La somnolencia diurna puede acarrear problemas graves, como dormirse mientras se conduce un vehículo, lo que puede dar lugar a accidentes automovilísticos. En algunos pacientes también puede observarse irritabilidad e incluso sintomatología depresiva.
Problemas cardiovasculares: La apnea produce una bajada brusca en los niveles de oxígeno en sangre, que puede favorecer un aumento de la presión arterial. Esto puede perjudicar al sistema cardiovascular, especialmente cuando se trata de una apnea de tipo obstructivo. En este caso, aumenta notablemente el riesgo de sufrir un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular. Además, los pacientes que sufren apnea del sueño y además padecen una cardiopatía pueden llegar a sufrir muerte súbita. En algunos pacientes, la apnea del sueño que ha sido detectada de forma tardía puede favorecer la aparición de diabetes tipo 2, cáncer, alzheimer e infarto.
Intervenciones quirúrgicas y anestesia: Los pacientes con apnea sufren más riesgos en las intervenciones médicas que requieren anestesia general debido a sus dificultades respiratorias.
Dificultades hepáticas: Los pacientes con apnea del sueño suelen mostrar una función hepática alterada y una tendencia al hígado graso o cirrosis.
Problemas interpersonales: Además de todas las complicaciones médicas que hemos mencionado, no podemos olvidar la repercusión que este problema de salud puede llegar a tener en los allegados del paciente. Quienes duermen cerca de la persona con apnea pueden experimentar un descanso igual de deficiente que ella debido a los sonidos que emite mientras duerme. Además, puede llegar a ser todo un problema en la vida de pareja, ya que puede suponer un obstáculo para su intimidad.
Tratamiento de la apnea del sueño
Existen distintos tipos de tratamientos para la apnea del sueño. En primer lugar, resulta crucial determinar posibles causas que la están provocando, así como el nivel de gravedad. En ocasiones, la apnea tiene una intensidad leve y el problema puede resolverse modificando el estilo de vida del paciente, realizando algunos cambios como:
Bajar de peso, de forma que mejore el estado de las vías respiratorias y la entrada del aire.
Ejercicio físico, que permite fortalecer el sistema respiratorio y contribuye a la pérdida de peso.
Evitar el alcohol, el tabaco, la cafeína y los somníferos.
Modificar la postura a la hora de descansar, evitando dormir boca arriba para favorecer el funcionamiento normal de las vías respiratorias.
Mantener una rutina de sueño ordenada, de manera que el paciente se acueste siempre a la misma hora.
Sin embargo, en aquellas apneas más moderadas o graves estos cambios no serán suficientes y será preciso aplicar intervenciones específicas. Las más utilizadas son:
1. Presión positiva continua en las vías respiratorias
Este tratamiento se emplea en aquellos casos de apnea moderada o grave. Consiste en el empleo de una máquina que, a través de una mascarilla, genera presión en el aire para despejar las vías respiratorias del paciente. Esta alternativa es la más eficaz y utilizada, aunque no resulta sencilla de utilizar. Debido a que puede ser muy molesto dormir con una máscara puesta, la adherencia a etse tratamiento suele ser baja.
2. Dispositivos bucales
Estos dispositivos permiten mantener la garganta del paciente abierta. Aunque es un método menos eficaz que la presión positiva continua en las vías respiratorias, puede servir para aliviar los ronquidos y la apnea del sueño más leve. Además, su uso resulta menos aparatoso e incómodo.
3. Oxígeno complementario
A través de diferentes dispositivos, se puede administrar una dosis adicional de oxígeno al paciente. Esta estrategia se puede emplear en los casos de apnea central.
4. Cirugía
La cirugía constituye el tratamiento más invasivo, por lo que siempre se reserva como última alternativa en caso de que los tratamientos anteriores hayan fracasado. Entre los tipos de cirugía que se realizan en estos casos se encuentran: la extirpación de tejido, la introducción de implantes o la estimulación nerviosa del nervio que controla el movimiento de la lengua. Estas intervenciones aun están siendo probadas y no cuentan con la solidez de las ya comentadas.
5. Medicación
Algunos fármacos parecen ser efectivos en el tratamiento de la apnea, como por ejemplo el triazolam.
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