El enfisema es una enfermedad pulmonar crónica caracterizada por una destrucción de los alvéolos, los pequeños sacos de aire donde tiene lugar el intercambio de gases. Veamos cómo se clasifican estos enfisemas.
Pol Bertran Prieto
Microbiólogo, divulgador científico y Youtuber
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Nuestro aparato respiratorio no se detiene en ningún momento a lo largo de la vida. Y es normal, pues las estructuras que lo conforman tienen la función de, trabajando de forma coordinada, oxigenar la sangre y eliminar de la circulación sanguínea el dióxido de carbono, el cual es tóxico para nuestras células.
Dada esta importancia, no debe extrañarnos que, en el transcurso de un día, respiremos unas 21.000 veces, haciendo circular, en este lapso de tiempo, cerca de 8.000 litros de aire por nuestros pulmones. Y estas cifras, en el global de nuestra vida, se convierten en algo que, nunca mejor dicho, quita el aliento: 600 millones de ciclos de inspiraciones y espiraciones y un flujo de más de 240 millones de litros de aire.
Ahora bien, este trabajo y exposición constante a partículas contaminantes hace que el aparato respiratorio sea también el que más frecuentemente desarrolla patologías más o menos graves. Y una de las muchas enfermedades respiratorias con una prevalencia relativamente alta es el enfisema pulmonar, un trastorno que afecta a los alvéolos pulmonares.
Y en el artículo de hoy, pues, de la mano de las más prestigiosas publicaciones científicas, exploraremos la clasificación, causas, síntomas y tratamiento de estos enfisemas, una enfermedad pulmonar crónica que provoca dificultades más o menos graves para respirar. Empecemos.
Qué es un enfisema pulmonar?
Un enfisema es una enfermedad pulmonar crónica caracterizada por una destrucción de los alvéolos, los pequeños sacos de aire donde tiene lugar el intercambio gaseoso. Se trata de una patología respiratoria muy vinculada al tabaquismo y que ocasiona dificultades para respirar más o menos graves.
Los alvéolos pulmonares son pequeños sacos de aire que se encuentran al final de los bronquiolos (las ramificaciones de los bronquios que, a su vez, son prolongaciones de la tráquea) y que cuentan con una pared formada por capilares donde, a través de esta relación con los vasos sanguíneos, se produce el intercambio de gases que hace posible la respiración como tal.
En este contexto, decimos que una persona ha desarrollado enfisema pulmonar cuando se ha producido una destrucción de estas paredes alveolares, cosa que hace que se inflamen, que pierdan su forma y que vean reducida su flexibilidad, algo dañino ya que no pueden inflarse y desinflarse de forma normal para permitir el intercambio de gases.
Con el tiempo, las paredes de los alvéolos terminan por romperse, situación que hace que haya espacios de aire más grandes en lugar de muchos espacios pequeños. Esta circunstancia provoca una disminución de la superficie pulmonar, cosa que, a su vez, deriva en una menor actividad de intercambio gaseoso y, consecuentemente, problemas respiratorios y de oxigenación de la sangre.
Se trata de una patología que forma parte del grupo de enfermedades conocidas como EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica) y la mayoría de las personas que la padecen también sufren problemas de bronquitis crónica.
Como veremos más adelante, los síntomas varían mucho dependiendo del estado de salud de la persona, de la presencia de otras patologías respiratorias y del tipo de enfisema en concreto. Además, pese a que el tratamiento que comentaremos puede ayudar a ralentizar el progreso de la patología, los daños son irreversibles.
Cómo se clasifican los enfisemas pulmonares?
Acabamos de ver la definición general de qué es un enfisema, y aunque nos sirve para quedarnos con una idea de en qué consiste, lo cierto es que existen distintos tipos de enfisemas dependiendo de sus características. Reconocer el tipo de enfisema es muy importante a nivel clínico para el abordaje del mismo. Estas son, pues, las principales clases de enfisemas pulmonares que existen.
1. Enfisema centrolobulillar
El enfisema centrolobulillar o centroacinar representa el 95% de los casos de enfisema y está estrechamente vinculado con el tabaquismo. De ahí que fumar cigarrillos se considere, como veremos en más profundidad después, la principal causa de esta patología respiratoria.
En este caso, no hay una afectación tan clara a los alvéolos pulmonares más distales, sino que el daño se produce en zonas más superiores de las vías respiratorias pulmonares. De hecho, la destrucción del tejido se produce principalmente a nivel de los bronquiolos, las ramificaciones de los bronquios (que son, a su vez, prolongaciones de la tráquea) y que, habiendo unos 300.000 en cada pulmón, hacen llegar el aire a los alvéolos. De ahí que esta patología esté estrechamente relacionada con la bronquitis crónica.
2. Enfisema panacinar
El enfisema panacinar es el segundo tipo más frecuente y, en este caso, la destrucción de tejido sí que está localizado en las vías respiratorias pulmonares más bajas, con unos claros daños a nivel de alvéolos distales y menor afectación a los bronquiolos.
No presenta una relación tan clara con el tabaquismo, pero sí con una deficiencia de la alfa-1 antitripsina, una enfermedad genética y hereditaria que tiende a expresarse entre los 30 y los 40 años, con unos niveles bajos de una proteína (la alfa-1 antitripsina) que es producida por el hígado y que protege a los tejidos de las proteasas presentes en células inflamatorias. Debido a esta deficiencia, los alvéolos son más susceptibles a los daños y se incrementa la probabilidad de sufrir este enfisema.
3. Enfisema paraseptal
El enfisema paraseptal o acinar distal es aquel en el que el daño tisular en los conductos alveolares y los alvéolos como tal se produce cerca de las fronteras exteriores de los pulmones, cerca de la pleura, la estructura que recubre cada pulmón y que está formada por una membrana de tejido conectivo que da soporte a las partes pulmonares internas. Este tipo de enfisema muestra una asociación relativamente frecuente con el neumotórax, una acumulación de aire en esta cavidad pleural.
4. Enfisema irregular
El enfisema irregular es el que más comúnmente cursa de forma asintomática. Es aquel daño tisular está asociado claramente a un proceso cicatrizante en el acino pulmonar, la porción distal de los bronquiolos que incluye los conductos alveolares, los sacos alveolares y los alvéolos propiamente dichos.
Por qué aparece un enfisema pulmonar?
Tras entender la clasificación de los enfisemas, ahora queda una pregunta clara: ¿cuáles son sus causas? Cabe destacar, antes de empezar, que si bien el enfisema panacinar, como hemos visto, tiene en la deficiencia de la alfa-1 antitripsina su principal desencadenante, los enfisemas raramente responden a trastornos genéticos y/o hereditarios.
Recordemos que el 95% de los casos corresponden al enfisema centrolobulillar. Y tanto este como el paraseptal y el irregular (e incluso el panacinar, aunque el origen más profundo sea el trastorno genético), tienen, en la exposición prolongada a sustancias irritantes que se encuentran en el aire, su principal causa.
En este sentido, más allá del caso puntual de la deficiencia hereditaria de la proteína alfa-1 antitripsina, las causas principales de desarrollar un enfisema pulmonar son el tabaquismo (fumar cigarrillos es, de lejos, la causa más común, pues el 75% de las personas con enfisema son fumadoras), la marihuana, la exposición a vapores químicos y polvo durante mucho tiempo y, aunque sus efectos no están del todo claros, la contaminación atmosférica.
Del mismo modo, la edad (suele diagnosticarse entre los 40 y los 60 años de edad), ser hombre (la incidencia es más alta en hombres que en mujeres), la exposición pasiva al humo del tabaco, los trabajos donde estamos expuestos a la emisión de gases y productos químicos y sufrir otras patologías respiratorias (asma, bronquitis crónica, disminución de la elasticidad pulmonar, silicosis…) son factores de riesgo a la hora de sufrir un enfisema.
Cuáles son los síntomas de un enfisema pulmonar?
Algo muy importante a tener en cuenta es que muchos enfisemas pulmonares pueden tardar años en dar síntomas y que algunos incluso jamás se expresan con signos clínicos (algo especialmente común en los enfisemas irregulares), por lo que la sintomatología varía mucho en intensidad dependiendo del paciente y de su historial clínico, así como de los factores de riesgo que cumple.
Sea como sea, cuando surgen los síntomas, el principal signo clínico es la dificultad para respirar (que viene acompañada de tos), la cual, al menos al principio, solo se hace notar cuando realizamos esfuerzos físicos. Este es un buen momento para buscar atención, pues no olvidemos que los daños en los alvéolos son irreversibles y continuos, por lo que con el tiempo, el enfisema puede provocar dificultades respiratorias incluso cuando estamos descansando.
Si la dificultad para respirar te impide hacer ejercicio y/o interfiere en tu vida diaria, si sientes que a veces no estás del todo lúcido o ves que los labios y las uñas adquieren una tonalidad entre azul y grisácea cuando te cansas, es momento de ir al médico. Estas pueden ser señales de que el enfisema está afectando peligrosamente a la oxigenación de la sangre.
Y es imprescindible buscar tratamiento ya que, sin un abordaje clínico adecuado, el enfisema puede derivar en complicaciones potencialmente graves tales como un neumotórax (un colapso pulmonar en el que el aire se filtra en la cavidad pleural, poniendo en peligro la vida), hipertensión arterial (que, a su vez, incrementa el riesgo de problemas del corazón), infecciones y aparición de orificios en el pulmón.
Wikimedia Commons. Autor: https://www.myupchar.com/en.
Cómo se trata un enfisema pulmonar?
Un enfisema pulmonar es una enfermedad crónica que no puede curarse y cuyos daños son irreversibles. Aun así, sí que existen tratamientos que, si bien no curan la patología, ayudan a ralentizar su progreso y a aliviar algunos de los síntomas que acabamos de comentar.
El tratamiento consiste en una combinación de medicamentos, terapia física y, en caso de que sea necesario, cirugía. Los fármacos para el tratamiento de un enfisema pulmonar consisten en medicamentos broncodilatadores (especialmente para el alivio de la tos y las dificultades respiratorias), corticosteroides inhalados (reducen la inflamación y mejoran la función respiratoria) y, en caso de que como complicación se sufra una infección bacteriana, antibióticos.
En algunos pacientes, este tratamiento farmacológico para el control de la sintomatología puede ser suficiente, pero otros pueden requerir de una terapia física, con programas de rehabilitación pulmonar (aprender técnicas de respiración para mitigar los síntomas de la enfermedad), terapia nutricional (la alimentación es imprescindible para su manejo) y, en caso de enfisema grave vinculado a niveles peligrosamente bajos de oxígeno, administración de oxígeno de forma regular a través de un tubo que se coloca en las fosas nasales.
Por último, si estamos ante un caso grave de enfisema que no responde a los abordajes que acabamos de mencionar, la opción de la cirugía puede ponerse encima de la mesa, valorando, claro, beneficios y riesgos. El abordaje quirúrgico de un enfisema pulmonar contempla tanto una cirugía de reducción del volumen pulmonar (se extraen los tejidos dañados para que los restantes puedan trabajar mejor) como un trasplante de pulmón.
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