La faringe y la laringe son dos órganos que forman parte del sistema respiratorio y que tendemos a confundir. Veamos las propiedades morfológicas y fisiológicas de ambas para entender en qué se diferencian.

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Pol Bertran Prieto

Microbiólogo, divulgador científico y Youtuber

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  • Anatomía

El cuerpo humano es mucho más que la suma de los treinta billones de células que conforman nuestro ser. Somos una proeza de la evolución biológica, una máquina casi perfecta en la más de 80 órganos distintos trabajan de forma coordinada para que podamos cumplir con nuestras funciones fisiológicas y dispongamos de una anatomía y morfología capaz de desarrollar las funciones mecánicas.

Y aunque sea normal que, ya sea por su tamaño y/o relevancia fisiológica, sean los más conocidos (como el corazón, el cerebro, los pulmones, la piel, el hígado, los riñones, los ojos, etc), hay otros que, pese a ser igual de importantes en nuestro cuerpo, quedan un poco a la sombra de los más famosos e incluso pueden ser confundidos entre ellos.

Y en este contexto, no hay dos órganos que tendamos a confundir más entre sí que la faringe y la laringe. Ambos son órganos tubulares del sistema respiratorio que, además, se encuentran seguidos el uno del otro. Todo esto, sumado al hecho de que a nivel gramatical solo exista una letra de diferencia entre ellos, hace que solamos cometer errores a la hora de diferenciarlos y tener clara su naturaleza.

Es precisamente por este motivo que en el artículo de hoy y, como siempre, de la mano de las más prestigiosas publicaciones científicas, vamos no solo a detallar las propiedades morfológicas y fisiológicas tanto de la faringe como de la laringe, sino a indagar, en forma de puntos clave, en las diferencias entre ambos órganos de naturaleza tubular. Empecemos.

Qué es la faringe? ¿Y la laringe?

Antes de entrar en profundidad y analizar las principales diferencias entre ambos órganos, es interesante (e importante) que nos pongamos en contexto y comprendamos la naturaleza de cada uno de ellos. De este modo, tanto su relación como sus diferencias empezarán a quedar mucho más claras. Veamos, pues, qué es exactamente la faringe y qué es la laringe.

Faringe: qué es?

La faringe es un órgano de naturaleza tubular y muscular que forma parte del sistema tanto respiratorio como digestivo humano. Se trata de un conducto situado en el cuello que comunica la boca con el esófago y las fosas nasales con la laringe, la siguiente estructura respiratoria que analizaremos a continuación. Por tanto, cumple con una función respiratoria no exclusiva, pues también forma parte del sistema digestivo.

Estamos, como decimos, ante un órgano tubular de naturaleza muscular y de unos 15 centímetros de longitud y un diámetro de entre 2 y 5 centímetros que conduce el aire inhalado hasta la laringe cuando estamos respirando pero también, cuando comemos, lleva los alimentos y líquidos que ingerimos hasta el esófago, el cual es un órgano tubular que, siendo una prolongación de la faringe, ya forma parte únicamente del sistema digestivo, siendo el conducto (de entre 22 y 25 centímetros de longitud) que conduce el bolo alimenticio desde el final de la faringe hasta el estómago, donde seguirá la digestión que había empezado parcialmente en la boca.

Pero volviendo a la faringe, este órgano debe tener una naturaleza muscular (está sostenida por los músculos constrictores de la faringe) para así adaptarse al bolo alimenticio y permitir que este baje adecuadamente sin provocar obstrucciones. La faringe tiene forma de tubo, está revestida por una membrana mucosa y, como vemos, cumple con muchas funciones tales como la deglución, la respiración, la fonación e incluso la audición.

La faringe se divide en tres partes. La primera, la nasofaringe, es aquella porción más superior que emerge de la región posterior de la cavidad nasal y desciende hasta la zona de la boca. La segunda, la orofaringe, es aquella porción media que se extiende desde el velo del paladar hasta la epiglotis, un órgano con forma de lámina que, en el momento de la deglución, cierra la abertura superior de la laringe. Esto es esencial para que los alimentos no pasen a los conductos del sistema respiratorio y sean reconducidos al esófago para que lleguen al estómago.

Y la tercera, la laringofaringe, es aquella porción inferior por la que avanza el aire en caso de que la epiglotis no esté cerrando la abertura a la laringe, siendo la zona de transición entre la faringe y esta laringe, el siguiente órgano que vamos a analizar. Esta entrada a la laringe está delimitada por los conocidos como pliegues aritenoepiglóticos. Por tanto, la epiglotis, que se ubica frente a la laringe, cuando está en su posición derecha, mantiene abierta la obertura a la laringe. Entendido esto, pasemos a analizar esta laringe.

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Laringe: qué es?

La laringe es un órgano de naturaleza tubular y cartilaginosa que forma parte del sistema respiratorio humano. Se trata de un conducto que recibe el aire procedente de la faringe y lo conduce hasta la tráquea, el conducto que, descendiendo desde la cuarta vértebra torácica, lleva el aire hasta los pulmones. Pues bien, la laringe limita su función a hacer llegar el aire hasta esta tráquea.

Y para ello, no necesita una longitud demasiado grande. De hecho, mide apenas 44 milímetros de longitud, teniendo, eso sí, un diámetro de 4 centímetros. Y como ya hemos insinuado, la laringe no es de naturaleza muscular, sino cartilaginosa. Es decir, no está compuesta por músculos, sino que es una estructura formada por 9 cartílagos cuya única función (además de albergar a las cuerdas vocales, siendo así el órgano de fonación por excelencia) es la de servir de conexión entre la faringe y la tráquea, asegurando un correcto flujo de aire e impidiendo que los alimentos deglutidos pasen a regiones más profundas del sistema respiratorio.

Así, la laringe está compuesta por tejido cartilaginoso, un tipo de tejido conectivo rico en células condrógenas, fibras elásticas y colágeno. Así, la laringe está compuesta por 9 piezas de cartílagos, tres impares (el cartílago tiroides, la epiglotis y el cartílago cricoides) y tres pares (los cartílagos aritenoides, los cartílagos cuneiformes y los cartílagos corniculados). En conjunto, siendo articulados y estando revestidos por mucosa y movidos por músculos, estos cartílagos constituyen la laringe.

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En qué se diferencian la faringe y la laringe?

Después de analizar las propiedades fisiológicas y características morfológicas, seguro que sus diferencias (pero también evidente relación) han quedado más que claras. Aun así, por si necesitas o simplemente quieres tener la información con un carácter más visual, hemos preparado la siguiente selección de las principales diferencias entre la faringe y la laringe en forma de puntos clave.

1. La faringe forma parte del sistema respiratorio y digestivo; la laringe, solo del respiratorio

La diferencia más importante. La faringe es un órgano que forma parte del sistema tanto respiratorio (con la función de conducir el aire inhalado hasta la laringe) como del digestivo (cuando ingerimos algo, conduce el bolo alimenticio hasta el esófago, que llevará el alimento hasta el estómago). Por tanto, tiene función respiratoria y digestiva.

La laringe, en cambio, ya no forma parte del sistema digestivo, solamente del respiratorio. Y su única función (además de albergar las cuerdas vocales, siendo así esencial para la fonación) es la de servir de conexión entre la faringe y la tráquea, el conducto que conducirá el aire hasta los pulmones. Por tanto, tiene función exclusivamente respiratoria. En condiciones normales, el alimento jamás pasa a la laringe.

2. Primero va la faringe; después, la laringe

Puede resultar evidente habiendo analizado el punto anterior, pero debe mencionarse ya que es la confusión más habitual que solemos cometer. En el recorrido del sistema respiratorio, el aire primero pasa por la faringe y después por la laringe. De hecho, el orden completo del aire inhalado es el siguiente: fosas nasales (o boca, aunque no se recomienda inspirar por ella), faringe, laringe, tráquea, bronquios (que ya están dentro de los pulmones como tal), bronquiolos y alvéolos pulmonares, donde tiene lugar el intercambio de gases.

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3. La faringe es más larga que la laringe

En cuanto a la longitud, también hay diferencias importantes. La faringe es, en comparación, mucho más larga que la laringe. Y es que mientras que la faringe tiene unos 15 centímetros de longitud, la laringe apenas mide 44 milímetros.

4. La faringe es de naturaleza muscular; la laringe, cartilaginosa

Y terminamos con una diferencia clave en lo que a morfología y fisiología se refiere. Y es que mientras que la faringe es un órgano tubular de naturaleza muscular, la laringe es también un órgano tubular pero no de naturaleza muscular, sino cartilaginosa. La faringe está sostenida por los músculos constrictores de esta y otros músculos accesorios, siendo así un tubo muscular revestido por una membrana mucosa.

La faringe debe tener esta naturaleza muscular ya que no se limita solo a conducir el aire, sino que en su papel como órgano del sistema digestivo, debe llevar el bolo alimenticio hasta el esófago. Y para ello, se necesitan movimientos para adaptarse a la forma del alimento y asegurarse de que este baje sin obstrucciones, pues esto podría ser motivo de asfixia.

La laringe, en cambio, al no participar en ninguna función que requiera de movimientos, no necesita esta naturaleza muscular. De hecho, está formada simplemente por 9 piezas de cartílago con la función de conducir el aire desde la faringe hasta la tráquea.